Los
conventos de la Magdalena en Irlanda eran gestionados por las hermanas de la
Misericordia en nombre de la Iglesia católica. Acogían a muchachas enviadas por
sus familias o por los orfanatos, que allí quedaban encerradas y a las que se
obligaba a trabajar en las lavanderías para expiar sus pecados. Dichos pecados eran
de distinta naturaleza: desde ser madre soltera a ser demasiado bella o
demasiado fea, o demasiado simple o demasiado inteligente, o víctima de una
violación, y por tales pecados trabajaban sin percibir ninguna retribución, 364
días al año, y se les hacía pasar hambre, se las sometía a castigos físicos,
humillaciones, violencia física y moral, y se las separaba de sus hijos. Las
penas que tenían que cumplir eran ilimitadas. Miles de mujeres vivían y morían
allí. El último convento de la Magdalena en Irlanda cerró sus puertas en 1996.
Valoro esta película con un 8.
Opinión personal: Basada en hechos reales. Una película que me ha puesto la piel de
gallina y ha levantado en mí sentimientos de impotencia e indignación. Me ha
transmitido crueldad e injusticia. Hoy en día aún se etiquetan a ciertas
personas de por vida y no se cree en ellas, y aún peor, se culpan a las
personas de situaciones ajenas a ellas haciendo que estas lo interioricen y
vivan sin esperanza. En algunos momentos no podía resistirme y refunfuñar ante
las injusticias que veía. Yo creo firmemente en la educación, una educación
cargada de valores para la convivencia. Creo también en las segundas
oportunidades pero sobretodo creo en las personas. Os invito a verla y a
reflexionar. Espero vuestros comentarios y valoraciones.
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