Llegaron a una cárcel ficticia buscando una
forma rápida de ganar dinero fácil. Ahora sólo buscan la manera de sobrevivir.
Todo empezó como un experimento científico protagonizado durante dos semanas
por veinte hombres que cobrarían por su colaboración 4.000 marcos. El proyecto
consistía en estudiar el comportamiento agresivo en un ambiente carcelario
simulado. A los participantes se les asigna el papel de guardianes (ocho) o
prisioneros (doce). Los prisioneros deben obedecer las órdenes y los guardias
deben mantener el orden. Pero dar a un hombre un poco de poder puede tener
consecuencias insospechadas...
Valoro esta película con un 9.
Opinión personal: Está
película me gustó tanto que ya la he visto varias veces, la primera en clase de
Psicología Social cuando cursaba tercer año de la Diplomatura en Educación
Social. Debo decir-os que la recomiendo porqué invita a la reflexión y os
dejará buen sabor de boca. No digo nada más pero antes que la veáis os
introduzco brevemente el experimento de la cárcel de Stanford ya que, como
podéis ver, la película se basa en este experimento.
En
1972 Philip Zimbardo dirige el experimento sobre conformidad
(psicología social) de la cárcel de Stanford. Zimbardo se preguntó ¿Qué sucede
cuando se introduce a alguien bueno en un lugar perverso? Pues que personas
“normales” y sanas empiezan a comportarse de acuerdo con la función social que
se les ha asignado. Los que están en una posición
de poder usarán y abusarán de su autoridad y las que se hallan en una posición subordinada acatarán la
autoridad. Es el poder de las
situaciones sociales, y no la disposición personal, lo que lleva a la conducta perversa.
Según
Zimbardo y usando sus propias palabras: “Nuestro
estudio revela el poder de las fuerzas institucionales para hacer que hombres
buenos cometan actos perversos”.
Esta peli me encanto! Me hizo pensar mucho. Q blog + interesante.
ResponEliminaSi, a mi también. Es una buena película. Gracias! ;)
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