Después de haber entrenado y representado a los
mejores púgiles, Frankie Dunn (Eastwood) regenta un gimnasio con la ayuda de
Scrap (Freeman), un ex-boxeador que es además su único amigo. Frankie es un
hombre solitario y adusto que se refugia desde hace años en la religión
buscando una redención que no llega. Un día, entra en su gimnasio Maggie
Fitzgerald (Hilary Swank), una voluntariosa chica que quiere boxear y que está
dispuesta a luchar denodadamente para conseguirlo. Pero lo que más desea y
necesita es que alguien crea en ella. Frankie la rechaza alegando que él no
entrena chicas y que, además, es demasiado mayor. Pero Maggie no se rinde y se
machaca cada día en el gimnasio, con el único apoyo de Scrap. Finalmente,
convencido de la inquebrantable determinación de Maggie, Frankie decide
entrenarla.
Valoro
esta película con un 8.
Opinión
personal: Muchas mujeres en el
mundo luchan contra la desigualdad de género y esta historia es un buen
ejemplo. ¿Por qué el boxeo tiene que ser exclusivamente para los hombres y el
baile o la danza para las mujeres? Una
chica que tiene un sueño, aunque su familia y varias personas de su entorno no
lo entienden ni respetan, y que para conseguirlo tiene que demostrarlo con
mucho esfuerzo y con el apoyo de pocas personas. Me gustó mucho ya que la
historia te transmite que hay que luchar por nuestros sueños ya que son los que
le dan sentido a nuestras vidas y nos definen como personas. En definitiva, una
historia cargada de lucha y esfuerzo que recomiendo mucho.